martes, 18 de abril de 2017

PERDIDO EN LA NOCHE.



PERDIDO EN LA NOCHE


Ese es el problema cuando empiezan a crecer, que piden más libertad, sobre todo para salir a juntarse con los demás, divertirse y tener algún encuentro cercano del cuarto tipo. 
Hasta ahí todo está bien, no se le puede negar la libertad a nadie, menos cuando se trata de satisfacer necesidades tan importantes como la de socializar y la del culto a Venus.
Pero, ¿por qué tiene que golpear la ventana de mi dormitorio a las cinco de la mañana para que lo deje entrar? Y en el estado en que viene… ¡Qué gato tan desconsiderado, tan impertinente!, ¡tan insoportable…!


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